Cambiamos de tercio. Tras el post sobre la mascota que hice, volvemos al maravilloso reino del noveno arte. En esta ocasión me gustaría hablaros sobre uno de los comics que más me han gustado de los que he leido últimamente, El viajero de la Tundra, del genial Jiro Taniguchi.
La edición española ha corrido a cargo de la editorial Ponent Mon, que se caracterizan por sacar bastante material de autor con buenas presentaciones. Se trata de un manga cuidadosamente editado en B/N y con la portada y portadilla interior a todo color. Lo consta seis historias autoconclusivas que nos sumergen en diferentes temáticas, pero que globalmente nos muestran un amor incomparable por la naturaleza y la relación del ser humano con ella.
Mis relatos favoritos de este tomo son los inspirados en los relatos del escritor Jack London, titulados El viajero de la tundra y El páramo blanco. En la primera de ellas, se nos narra las vivencias del escritor norteamericano en las tierras salvajes y frias de Alaska en plena época de la fiebre del oro y lo que le aconteció en la búsqueda de tan preciado metal. La segunda historia, que es mi favorita, nos cuenta de manera magistral como sus dos protagonistas se enfrentan a una jauría de lobos hambrientos mientras transportan un cadáver a través de la inóspita y peligrosa, Yukon. Pocas veces he leido una historia tan absorvente y tan vívida, con un autor capaz de hacerme sentir como si estuviera allí mismo.
La siguiente historia, Hacia la montaña, nos traslada al país natal del autor en plena era Showa en donde nos plantea la dramática historia de una familia de cazadores y su relación con un oso asesino. He de destacar que esta es la favorita de mi padre, que no suele leer apenas comics. Esto me hace pensar que este manga es una buena opción recomendar a una persona no habituada a leer tebeos... Ahí tenéis ese ejemplo, al Sr. Tendo ha llegado a encantarle.
Kaiyosejima y Shôkarô son destacables ya que se salen de la temática aventurera, y nos muestra la cara más intimista del autor, con un fondo que puede parecernos autobiográfico y en donde podemos ver lo que podrían ser sus comienzos como dibujante de comics.
La última historia, Regresar al mar nos traslada a los oceános y nos relata la historia de una ballena llamada Old Dick que está a punto de fallecer y su viaje a un supuesto cementerio de estos cetáceos bajo las aguas. Pero más que el viaje, el verdadero motor de la historia es la relacción entre el animal y un joven estudioso de las ballenas.
La última historia, Regresar al mar nos traslada a los oceános y nos relata la historia de una ballena llamada Old Dick que está a punto de fallecer y su viaje a un supuesto cementerio de estos cetáceos bajo las aguas. Pero más que el viaje, el verdadero motor de la historia es la relacción entre el animal y un joven estudioso de las ballenas.
A mi parecer, estamos ante uno de los mejores comics que se han publicado en lo que vamos de año. Una obra imprescindible que disfrutarás de principio a fin de un autor que domina todas las facetas del manga: narrativa clara y dinámica, dibujo impecable, de perfecta anatomía y uso de las tramas mecánicas, y ante todo, historias interesantes e impreganadas todas de sensibilidad y un mensaje de fascinación por el medio ambiente en la que te podrás sumergir fácilmente. Taniguchi se ha convertido en uno de mis autores preferidos, tanto que despues de leer este tomo me compré El Caminante y El olmo del caúcaso de temática más cotidiana. Recomendables también al 100%. Pero de entre toda su obra, me quedo con este Viajero de la tundra.
